La comercialización del Omega 3 no ha dado buenos frutos económicos porque requiere un gran esfuerzo de difusión al público.
La explotación comercial del ácido graso poliinsaturado Omega 3, iniciada hace diez años por la empresa uruguaya Seakrill S.A., ha comenzado a tropezar con las complicaciones que se presentan en el campo del suplemento alimenticio, al que se suman las investigaciones científicas, que, si bien han arrojado resultados importantes y probables beneficios para la salud humana, no se han consolidado en la mente del público. La difusión y la normalización del perfil comercial han resultado lentos.
El gran escollo para llegar a la aprobación general y comercial ha sido la percepción respecto a las ventajas del producto, ha sido señalada como el principal escollo de camino hacia lo que podría haber significado un emprendimiento comercial verdaderamente exitoso.
Descubierto en la Antártida en 1990 por un equipo multidisciplinario de investigadores uruguayos, formado por biólogos, médicos y químicos, el Omega 3 —ácido graso extraído del krill, un pequeño crustáceo que abunda en el ecosistema marino en aguas heladas— fue el as bajo la manga de Seakrill.
El Omega 3 actuó como una sustancia «detergente» que limpiaba el colesterol de las arterias.
Este producto fue revolucionario, según Ricardo Grillo, investigador, por ser un crustáceo similar a un camarón de tres a cinco centímetros de longitud.
«Era como un regalo natural» en medio de un descubrimiento científico que había tardado diez años en concretarse. Sin embargo, la comercialización de este ácido graso ha sido difícil.
«Fue un lujo. Creí que hoy podríamos tener una compañía inmensamente rica en base a este producto, derivado de los beneficios del krill para la salud», señaló Grillo.
Pero no ha sido así. Seakrill, que apostó por el desarrollo del Omega 3, no ha logrado superar la trampa de cualquier producto que comienza desde abajo en el mercado alimenticio y suplementario, y enfrenta, además, las barreras comerciales para la exportación del producto a mercados internacionales.
La clave fue un plan de comercialización que Seakrill tenía que haber diseñado en conjunto con las grandes empresas de consumo masivo.
Empresa
En 1993 surgió Seakrill, la primera empresa que concretó la explotación del krill como suplemento alimenticio en Uruguay.
Con el apoyo de ANCAP y una colaboración con empresas grandes, lograron colocar el Omega 3 en algunas cadenas de farmacias locales.
Ricardo Grillo, presidente de Seakrill, pensó que el éxito del Omega 3 radicaría en su capacidad para reducir el colesterol en las arterias.
Pero no ha sido fácil. Grillo admite que su firma ha tenido que superar obstáculos, especialmente para llegar a los mercados internacionales.
Productos
El fuerte olor y sabor a crustáceo que presenta el aceite de krill —también disponible de forma de cápsula— puede ser algo desagradable e indirectamente paralizar la venta para algunos consumidores.
Por eso obligó a buscar nuevas presentaciones para el producto, lo que hizo más difícil lograr una expansión comercial rápida.
La misma empresa proveedora que lo produce, la Vitalkrill, en ese entonces, resolvió ensayar con nuevas técnicas de producción para mejorar la presentación del Omega 3 en formato de cápsulas, sobre todo en mercados como Estados Unidos, donde la competencia de productos similares ya era grande.
Grillo hizo una presentación pública del producto en la Bolsa de Valores de Montevideo en 1995, pero los resultados no fueron los esperados, y el público local no mostró el interés suficiente.
A pesar de esto, los contactos internacionales han logrado que Seakrill mantenga el proyecto en marcha.
Perspectivas
A pesar de las inconveniencias para lograr hacer del Omega 3 un éxito de mercado, Grillo y su equipo no bajan los brazos. Seakrill ya ha colocado Omega 3 en cadenas de farmacias locales y exportado a otros países, y sigue en negociaciones para ampliar su presencia.
Una de las principales metas es llegar a los mercados asiáticos, donde existe una gran demanda por productos naturales para la salud.
Los esfuerzos de Seakrill se están centrando en crear un mejor perfil de marketing para el Omega 3, y el desarrollo de nuevas presentaciones que puedan ser más atractivas para el consumidor promedio.
«Vamos a seguir trabajando, porque creemos que este producto tiene un potencial enorme, y no podemos dejar pasar esta oportunidad», asegura Grillo.
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Artículo publicado en el suplemento Economía & Mercado, del diario El País.